martes, 11 de septiembre de 2012

ESPECTACULAR TRABAJO DIGITAL

Un anuncio que demuestra que ya no hay casi nada que se te pueda ocurrir, que no sea posible filmar.

Han desaparecido los límites para poder ver cualquier cosa que tu
imaginación se atreva a soñar.

No se qué está mejor, si el anuncio
http://www.youtube.com/watch_popup?v=qvl7kG82EfI&vq=medium
pasa el cursor por aquí

O el making off
http://www.youtube.com/watch_popup?NR=1&v=DEluA6LFw6k
pasa el cursor por aquí

domingo, 9 de septiembre de 2012

MORIR DE EXITO: Se ha derrumbado el Drago centenario del IES La Laboral en La Laguna, Tenerife


A punto de celebrarse el 40 aniversario de la antigua universidad laboral de la Laguna, esta noche se ha derrumbado, por suerte sin lamentar daños personales el magnífico ejemplar centenario de Drago.

Avisado el personal del centro hoy domingo, se vivieron escenas de pesadumbre ante la inesperada muerte del símbolo de este centro que ha acompañado durante generaciones a los estudiantes que han pasado por el.

Aparentemente y a falta de la voz de los expertos, el drago ha muerto debido al enorme peso de la copa en su última floración, que lo ha arrancado de raíz.




Soneto del poeta  Antonio Domínguez Posadilla:
Aunque dedicado al drago Icodense nos vale de recordatorio para el que fué nuestro drago.

SONETO AL DRAGO DE ICOD
Acto de fe, en esperanza inmerso,
¿eres acaso el árbol de la vida?
O ¿Tal vez en tus visceras anida
el alma vegetal del Universo?
Todo es vuelo ante ti, y tú, reverso
-tolva del tiempo- de esencial medida
de ave, luz, primavera fenecida,
como ésta que hoy se escapa de mi verso.
Quiero quedarme aquí, meta clavada,
yunque del aire, copa levantada
sobre el mar tenebroso de mi abismo.
    Y pensar mientras gano mi ladera,
si no será la ciencia verdadera
vivir anclado así, fiel a si mismo.

Un saludo para tod@s

Ejemplo a seguir ....

Una de las cosas diferentes y creativas que están ocurriendo en el mundo en este moment
o.
 
 
¡Increíbles y comestibles!
Estelle Brown (izda.) y Mary Clear, en un huerto de Incredible Edible. | Foto: C.F.Estelle Brown (izda.) y Mary Clear, en un huerto de Incredible Edible. |
A veinte minutos de Manchester, en un frondoso y abigarrado valle, se está cociendo una sabrosa revolución que responde al audaz nombre de Increíbles y Comestibles. La idea es así de simple: se plantan a discreción verduras, hierbas y árboles frutales en 70 espacios públicos. Se mantienen gracias a la labor de 280 voluntariosque le dedican dos mañanas al mes a la faena. Y todo el pueblopuede servirse gratis y a placercuando llega la hora de la cosecha.


El pueblo en cuestión se llama Todmorden, tiene apenas 15.000 almas y se ha convertido en el epicentro de un movimiento -Incredible Edible- que se está propagando por el Reino Unido a la velocidad de las esporas, bendecido en persona por el príncipe Carlos y replicado ya al otro lado del estrecho de Calais.

 
"El secreto está en que somos el movimiento más inclusivo del mundo", asegura Mary Clear, una de las fundadoras. "Nuestro lema es así de simple: 'Si comes, estás dentro'.Aquí no discriminamos a nadie por sus diferencias alimenticias, ni se nos va el tiempo echando sermones. La diferencia se marca pasando a la acción. En eso estamos".


Tan persuasivos son los argumentos de Increíbles y Comestibles que tienen incluso a la policía cultivando maíz dulce y cebollas japonesas para todo el pueblo. Junto al hospital han plantado una "apoteca" de plantas medicinales. A las puertas del teatro local crecen las tomateras. Y junto a la iglesia unitaria, en la colina más alta del pueblo, se prodigan las coles y las acelgas.

[foto de la noticia]
Mary Clear ha subido hasta aquí para arrancar unas cuantas hojas para la cena. El vergel que ella misma ha plantado en el esquinazo de su casa, en la calle Cockpit, se lo cede generosamente a sus vecinos y a todo el que venga de visita: espinacas, brécoles, berros, guisantes, judías...


Nada más bajar de la estación de tren, los reclamos de Incredible Edible nos persiguen como una suculenta tentación, comparable sólo a la experiencia de ir arrancando manzanas y peras de los 800 árboles frutales, o a la de saborear lo mejor de la cosecha cocinada en The Bear, la cooperativa, café, restaurante y punto de encuentro local.

 
Allí conocemos a Estelle Brown, anfitriona de excepción, que nos regala el primer paseo 'comestible' por el canal de Rochdale, con parada obligada ante los cerezos y el jardín de hierbas que ha plantado Mario, el dueño del garaje aledaño. "Cuando empezamos, en 2007, hubo gente que veía todo esto como una excentricidad o un capricho", admite Estelle. "Ahora, con la crisis, se empieza a ver casi como una necesidad: hay que estar preparados para los malos tiempos".
Crear jardines "artificialmente"
Recuerda también Estelle cómo al principio todo eran dudas sobre dónde plantar y a quién pedir permiso. "Con el tiempo nos dimos cuenta de que lo mejor era sembrar directamente y crear jardines 'accidentales'. Ni siquiera le llamamos a esto gerrillas 'verdes'. Lo que hacemos no tiene nada de 'bélico' ni de provocador, yo más bien diría que estamos haciendo una revolución gentil desde lo local. Y lo bueno es que los 'poderes' nos ven con buenos ojos, porque algo está cambiando profundamente en el pueblo".
[foto de la noticia]
ElAyuntamiento ha cedido el solar del viejo hospital, junto al río, donde han echado ya raíces los primeros árboles del futuro gran jardín comestible, con la ayuda de los trabajadores de VolkerStevin y de Considerate Constructors (Constructores Considerados). Todo parece tener un nombre sugerente en Todmorden, empezando por el pueblo, al que sus habitantes llaman cariñosamente 'Tod'.


En el aparcamiento del nuevo hospital, sobre varias camas de cultivo, crece el herbolario local, cuidado primorosamente por la 'boticaria' Helena Cook. Equinácea para fortalecer las defensas, achicoria para el aparato digestivo, romero para las enfermedades respiratorias, caléndula para las curar las infecciones.


Las ocho escuelas del pueblo se han hecho también "increíbles y comestibles", y en una de ellas se está habilitando unagranja piscícola, donde también se cultivará por hidroponía. Entre tanto, el programa Every Egg Matters está llenando Todmorden de gallinas, con el objetivo de llegar en el 2018 a una producción de 30.000 nuevos semanales, suficientes para todo el pueblo.

"Seamos realistas: no vamos a conseguir la autosufiencia alimentaria, pero al menos estamos trazando el camino", reconoce Mary Clear, la 'agitadora' del grupo, con todo el saber acumulado de sus años de trabajadora comunitaria y con el "sentido común" aplicado al arte del cultivo. "Nuestros huertos son pura 'propaganda verde', aunque el efecto que han tenido en estos años ha sido tremendo", asegura la enérgica Mary. "El consumo de productos locales ha aumentado tremendamente, los comercios que al principio nos miraban con recelo ahora quieren ser increíbles y comestibles".


Mientras toda Gran Bretaña se prepara para el atracón del jubileo, Todmorden, el pueblo que llegó a ser el centro textil del West Yorkshire, se viste estos días de gala para consagrar la primavera en el primer Desfile de la Polinización. Aunque la gran celebración del año llegará en octubre, en la Fiesta de la Cosecha a la que contribuye todo el pueblo, con todas las viandas locales servidas directamente del huerto al plato. ¡Que aproveche!

martes, 4 de septiembre de 2012

EL PAÍS

Libros con vistas a la montaña

La lectura puede transportar a cualquier paisaje, pero en las obras de Guy Laramée, es el paisaje el que se transporta

 http://cultura.elpais.com/cultura/2012/07/25/actualidad/1343237523_744727.html
© EDICIONES EL PAÍS, S.L.

lunes, 3 de septiembre de 2012

DEVOLUCIÓN PRÉSTAMOS DE VERANO

Recuerda que puedes devolver los libros que llevaste en préstamo tras el comienzo de las clases, a lo largo del mes de septiembre. 

Muchas gracias

sábado, 1 de septiembre de 2012

FELIZ COMIENZO DE CURSO

Se educa al niño para decirle que, por muy raro que pueda parecer, es posible la felicidad

Son numerosos los cuentos infantiles que giran sobre el temor de los niños a ser rechazados por los adultos. Suelen terminar con el regreso a casa de sus pequeños protagonistas. Cuando esto sucede, ya no son los mismos que aquellos que fueron abandonados. Se han enfrentado a los peligros del mundo y regresan preparados para asumir los compromisos del crecimiento. Y lo hacen, esto suele olvidarse, portando con ellos los tesoros del mundo de la infancia: las riquezas de la bruja, la gallina de los huevos de oro, el botín que se guardaba en la cueva de Alí Babá.

Los cuentos maravillosos contienen una enseñanza para niños y adultos. Al niño le dicen que la vida es extraña, y que tendrá que enfrentarse a numerosos peligros al crecer, pero que si es noble y generoso logrará salir adelante; y al adulto, que no debe abandonar del todo su infancia, pues su vida se empobrecerá si lo hace. “Somos todos”, escribió Ortega, “en varia medida, como el cascabel, criaturas dobles, con una coraza externa que aprisiona un núcleo íntimo siempre agitado y vivaz. Y es el caso que, como el cascabel, lo mejor de nosotros está en el son que hace el niño interior al dar un brinco para libertarse y chocar con las paredes de su prisión”.

Nadie puede discutir el papel que ha representado la escuela pública en esta reivindicación de la autonomía de la infancia, ni el esfuerzo que se han visto obligados a realizar varias generaciones de maestros y maestras para lograr una enseñanza que no se dirija a un niño privilegiado sino al niño único, a ese niño que en el fondo son todos los niños, al margen de su sexo, clase, raza, religión o capacidad.

La enseñanza debe ser pública, laica y, como afirma Federico Martín Nebreda, literaria. Sólo siendo pública se asegurará la igualdad de oportunidades, y la atención a los menos favorecidos; sólo siendo laica, sus valores serán los principios universales de la razón y no estarán dictados por ninguna iglesia ni sujetos a dogmas particulares. Y sólo siendo literaria el adulto acertará a ponerse en el lugar de los niños y a mirar por sus ojos. Porque es verdad que los niños van a la escuela a aprender una serie determinada de saberes, matemáticas, geografía, ciencias naturales, pero también a hablar con esa voz que sólo a ellos pertenece y que hay que saber escuchar.

A la educación racional, basada en la trasmisión ordenada de conocimientos objetivos, debe añadirse otra, basada en el amor y en el reconocimiento del valor y el misterio de la infancia. Montaigne no aprobaba la pasión de hacer carantoñas a los recién nacidos, por considerar que carecían de toda actividad mental y eran indignos de nuestro amor, llegando a no soportar que se les diera de comer en su presencia, y durante mucho tiempo el niño que era demasiado pequeño para participar en la vida de los adultos era considerado un ser inferior que debía permanecer en el ámbito doméstico y de las mujeres. Pero el niño es algo más que una criatura imperfecta a la que hay que llevar de la mano hasta que se transforme en alguien semejante a nosotros. El niño, como ha dicho François Dolto, es el médium de la realidad. Su voz, como la del poeta, es la otra voz, la voz que nos sitúa en el ámbito de esas experiencias básicas, la del conocimiento, la del amor, la de la imaginación, sin las que nuestro corazón se agostaría inevitablemente.

La educación debe tener un contenido romántico. Por eso la escuela debe ser literaria y el maestro, antes que nada, alguien que cuenta cosas. Un maestro no necesita para esta tarea que los niños le entiendan, debe arreglárselas para que le sigan, para que vayan donde él va. Como el flautista de Hamelin, debe contagiar a los niños su felicidad y su arma para lograrlo son las palabras. No las
palabras de las creencias, que le dicen al niño cómo debe pensar y vivir; sino las palabras libres del relato, que le animan a encontrar su propio camino. Sherezade encanta al sultán con sus historias y así logra salvar la vida; la Pequeña Cerillera ilumina el mundo con sus frágiles fósforos, y en un cuento de Las mil y una noches un muchacho ve cómo un grupo de ladrones hace abrirse la montaña donde guardan sus tesoros con una palabra. Las palabras de la escuela deben ser ese ¡ábrete Sésamo! capaz de abrir las piedras y llevar al niño a la cueva donde se guardan los tesoros del corazón humano. Pero también, como las llamas de la cerillera, deben ayudarle a ver el mundo. No sólo a ver mejor, sino a ver lo mejor, como quería Juan de Mairena.

Rainer Maria Rilke escribió que la verdadera patria del hombre es la infancia. Frente a la idea de la infancia como un mero estadio de transición hacia el estado adulto, el poeta alemán postula la
autonomía radical de la infancia. Aún más, la ve como un estadio superior de la vida, como esa patria a la que antes o después es necesario volver. George Bataille dijo que la literatura es la infancia recuperada; George Braque, que cuando dejamos de ser niños estamos muertos; y J. M. Barrie, el autor de Peter Pan, que los dos años son el principio del fin. No se trata de que el niño no deba crecer, sino de valorarle por eso que es en sí mismo y que le hace ser soberano de un reino del que solo él tiene la llave.

Las palabras de la literatura hablan de esa patria perdida. Hacen vivir las preguntas, nos enseñan a ponernos en lugar de los demás y tienden puentes entre realidades separadas: el mundo del sueño y el
mundo real, el de los vivos y los muertos, el de los animales y los hombres. Las palabras de la escuela deben seguir esta senda. ¿Cómo podría ponerse en contacto un maestro o una maestra, que son adultos, con un niño si no es con palabras así?

La educación debe tener un contenido romántico. Se educa al niño para decirle que en este mundo, por muy raro que pueda parecer, es posible la felicidad. Educar es ayudar al niño a encontrar lugares donde vivir, donde encontrarse con los otros y aprender a respetarles. Lugares, a la vez, de dicha y de compromiso. Donde ser felices y hacernos responsables de algo. Blancanieves huye al bosque, se encuentra con la casa de los enanitos y pasa a ser una más en su pequeña comunidad; Ricitos de oro, al utilizar los platos, sillas y camas de los osos se está preguntando sin saberlo por su lugar entre los otros. Una casa hecha para escuchar a los demás y estar pendiente de sus deseos y sueños, donde hacernos cargo incluso de lo que no entendemos, así deberían ser todas las escuelas.

Educar no es pedirle al niño que renuncie a sus propios deseos, sino ayudarle a conciliar esos deseos con los deseos de los demás. En un cuento de Las mil y una noche dos niños viven felices en su palacio, donde tienen todo lo que pueden desear. Una tarde ayudan a un anciano y este, en señal de agradecimiento, les habla de un jardín donde pueden encontrar las cosas más maravillosas. Y los niños, desde que oyen hablar de un lugar así, solo viven para encontrarlo. Adorno dijo que la filosofía era preguntarnos no tanto por lo que tenemos sino por aquello que nos falta. Eso mismo debe hacer la educación, incitar al niño a no conformarse, a buscar siempre lo mejor. ¿Para qué le contaríamos cuentos si no tuviéramos la esperanza de que puede encontrar en el mundo un lugar donde los pájaros hablan, los árboles cantan y las fuentes son de oro? Aún más, ¿si no fuera para encontrar también nosotros, los adultos, gracias a los niños, lugares así?

Gustavo Martín Garzo 26 AGO 2012
Por una escuela pública, laica y literaria